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Hace algún tiempo le conté a mi mamá que me había encontrado con un amigo suyo en un banco mientras formaba la fila. Yo tenía muy buenos años sin verlo. Me acerqué un poco hacia donde se encontraba, le mencioné su nombre y en cuanto hizo contacto visual conmigo le dije: “Hola ¿me recuerda? soy la hija de Alicia, soy Thariel”.
Y tal como me pasa a menudo, al hablarle y presentarme no me reconoció… Estaba muy impresionado y abriendo muy bien sus ojos, me preguntó… ¿Tú eres Thariel? Wao, ¡Cómo has cambiado! Si te veo en la calle no te reconozco… me reí un poco, luego del comentario y pudimos intercambiar palabras por algunos segundos.
Al salir del banco le escribí a mi mamá y le compartí la anécdota y de paso le comenté acerca del “CAMBIO”…, a lo que ella también reforzó diciendo : “para bien hija, para bien, le doy gracias a Dios por esto”.
Acto seguido, me pregunté a mí misma… “Pero es que yo no he cambiado, ¿por qué me dicen eso? ¿Por qué no lo ven?” … Siempre he sido yo, en las buenas, en las no tan buenas, en la rebeldía, en la obediencia, en la tristeza, en la alegría, en mi angustia, en mi tranquilidad…”
Y de esta forma reflexioné sobre lo que en para mí significa el CAMBIO y la TRANSFORMACIÓN.
Ya que muchas veces cuando mencionamos “CAMBIAR”, terminamos haciendo una asociación de que estamos dejando de ser una forma para ser de otra, casi que nulificando nuestras diversas formas o etapas que también son parte de nosotros.
Es una forma de crear expectativas, que al cambiar se es OTRO, sin embargo, “Transformarse” … WAO, que fuerza me da esa palabra. Es supremamente liberadora, ya que transformar me envía un mensaje de que me permito SER YO en una nueva versión, en una versión que evolucionó, es dar un paso hacia adelante. Es adquirir una “actualización” a mi software, sin perder mi ESENCIA. Y saben, así me siento. Me siento transformada, siento que he podido ir sumando experiencias a modo de ser tan YO como siempre, pero en una versión que aprovecha aún más sus recursos. Que permite darles un giro a las debilidades, a los momentos no tan fáciles y vivirlos de tal manera donde pueda contribuir y no quitar.
Apreciar nuestro proceso de Transformación, es un paso significativo que da lugar al agradecimiento y el desecho de la culpa. Porque sin todo aquello que hemos recorrido, hoy no seríamos ¡ESTA INCREÍBLE VERSIÓN!
Thariel Sabas.