El echador de Cuentos

Me creerías si te digo que muchas veces, la autoexigencia, la dureza consigo misma/o, el temor a exponerse y equivocarse, el miedo al fracaso, ¿es producto del echador de cuentos?…

El echador de cuentos es una idea concebida, creída y de alguna manera integrada en nuestra propia vida, a la cual hemos adjudicado ciertas cualidades y fuerza, que termina por limitarnos, atemorizarnos, autoexigirnos, congelarnos…haciéndonos creer cosas como: que absolutamente nada de lo que hagamos es o será suficiente; o que es mejor no expresar las emociones porque no son importantes; o que es mejor no exponerse por el temor a fracasar; o pensar que nada de lo que diga o haga tiene un valor real… esta y muchas otras formas -tan diversas como el ser humano- son características del echador de cuentos.

¿Pero de donde viene el echador de cuentos?

Sabemos que desde que estamos en el vientre de nuestra madre, estamos teniendo experiencias que van dándonos información sobre nuestro entorno, es decir, desde el vientre estamos aprendiendo.

A medida que crecimos, cada uno pudo experimentar diferentes heridas o estímulos que generaron dolor. Estas heridas primordiales, se expresan a lo largo de la vida, de diferente manera según la persona; quién además y de alguna manera, diseña y crea su propio echador de cuentos. El echador de cuentos ha sido concebido para reforzar inconscientemente “esa(s) herida(s) primordial(es)”.

El echador de cuentos puede tener características aformas, puede ser una energía; o puede tener forma humana parecida a alguien real o un personaje ficticio. Lo más valioso en este punto es poder reconocerle, verle a los “ojos”. Una vez le reconozcas podrás comprender cómo puedes estar accionando o reaccionando muchas veces ante determinadas situaciones.

Una vez lo experimentes y lo integres, no podrá jamás, volver a generar la misma fuerza sobre ti.

Si quieres descubrir tu echador de cuentos, te invito a descargar de manera gratuita la siguiente meditación:

Thariel Sabas.